El 1º de agosto de 1987 –hace 25 años- fue
mi primer concierto de música celta, dirigiendo al grupo Poitín, considerado el
primero de la Argentina en este estilo.
Lo recuerdo como un concierto feliz pero intenso, con un público atento a cada
cosa que se decía y a cada melodía que se tocaba. Ocurrió en un auditorio en
pleno centro de Buenos Aires y estaba formado por Eliseo Mauas Pinto (arpa,
tin-whistle y gaita), Manuel Castro (relatos, bodhrán y gaita) y Santiago
Cainzos (violín), Celina Torres en canto, la locutora y actual productora
Alejandra Cullari hizo la presentación, y yo era el encargado de los arreglos
musicales y de tocar los tin-whistles.
Como sigue ocurriendo aun hoy, el concierto
tuvo bastante de pedagógico. Había que explicar qué era esto de hacer música de
“los pueblos de origen celta”, y dar alguna información histórica sobre cada
tema, sobre su región, sobre su magia.
Pero para poder explicar cómo llegué a
estar a mis 18 años dirigiendo musicalmente ese concierto, debo comenzar el
relato desde otro momento de mi vida: cuando siendo muy chico a los 6o 7 años
tocaba flauta dulce y aprendía de mi tío Manolo Fuentes, uno de los músicos más
importantes de la música española en Argentina. A los 11 empecé a estudiar en
el Conservatorio Provincial de Banfield Julián Aguirre y al poco tiempo, a
cantar en el Coro Municipal
de Lomas de Zamora, con
el que debuté como músico en el ‘84. Más tarde canté
también en el Coro de la Catedral de Lomas mientras tocaba saxo en
bandas de rock de zona sur. Y a un ensayo del coro, un compañero llevó una
gaita y la invitación para participar en un proyecto de música celta llevado adelante por Manuel Castro y
Eliseo Mauas Pinto, quienes me propusieron dirigir musicalmente al grupo recién
formado Poitín con el que debutamos entonces
ese 1º de agosto de 1987.
Todo lo que pasó desde entonces con mi
relación con la música celta fue y sigue siendo como la música misma: mágico. A
los pocos meses del debut dirigí la grabación del grupo editada en forma
independiente: la primera de música celta de Argentina. Tocamos un año más, y
me separé del proyecto celta para continuar con mi carrera de saxofonista y mi
estudio en el Conservatorio Nacional, pero a principios del ‘92, debí
suspender casi toda tarea relacionada con la música ya que me enfermé de un linfoma
Hodking (cáncer en el sistema linfático), a cuyo tratamiento y curación estuve
abocado casi dos
años.
Durante ese tiempo dedicado a otros estilos
y a recuperar mi salud, la música celta siempre me acompañó. Alguna de esas melodías
increíbles reaparecía en mi piano, en
una carpeta de partituras o en alguna grabación. Siguió allí incluso cuando regresé
a la música en 1994 como
creador y director de la
orquesta de cámara Regina Cordium,
dedicada casi exclusivamente al repertorio barroco.
Y recién en el ‘96 volví a la música celta dirigiendo nuevamente a
Poitín -renombrado como Potim- en el Primer Festival de Música Celta de
Buenos Aires. En 1997 creo
a mi querido Coro Ávalon,
y a fin de ese año renuncio a Potim para comenzar a dirigir la primera banda
propia de música celta: Amergin. En
el día de San Patricio de 1998, debutan en un concierto compartido el Coro
Ávalon y Amergin, con el que tocamos como grupo fijo en la trasnoche de sábado
del mítico pub Down Town Matías, de San Martín al 900, en el barrio porteño de Retiro.
Allí actuamos durante más de 3 años ininterrumpidos sumando más de 130 actuaciones.
Tocamos además en los más importantes escenarios de la movida celta en Buenos
Aires y en el 2000 editamos el CD En vivo en Buenos Aires, grabado en el teatro Luz y
Fuerza.
En 2001 terminó el ciclo de
Amergin, fundé el Gustavo Fuentes Quinteto y junto a un grupo de colegas
fundé y dirigí la Escuela de Música Celta de Buenos Aires en la que se
han formado muchos músicos.
En estos últimos años me he dedicado a la grabación y edición de varios
trabajos, como los CDs Esperando
el Imbolc del Quinteto y Música
Celta de la banda Eriskay; Celtic
Journey de
Ávalon, Celtic Melodies como solista o
el que grabé para Linfomas Argentina: Melodías de Esperanza. También publiqué hace unos años mi primer libro
de partituras con el repertorio del CD del quinteto. En el 2010 comencé a dictar
cursos de Apreciación de música celta en el IUNA (Instituto
Universitario Nacional del Arte), y continúo con mi tarea como intérprete,
docente y compositor, con el Quinteto,
con el Coro Ávalon y con el Ensamble de
Música Celta de Buenos Aires.
Todo empezó aquel 1º de agosto de hace 25
años, con un gran respeto y un enorme cariño por el folklore de los pueblos de
origen celta, del que aun sigo enamorado.
Brindo con mis colegas, quienes me han
acompañado en este camino; desde Eliseo Mauas hasta mis actuales compañeros en
el Quinteto, el Coro y el Ensamble. Y para la gente que le gusta mi música, que
viene a los conciertos, escucha mis CDs o me sigue por Internet, sólo tengo
palabras de agradecimiento.
Gracias por estos 25 años de tanta emoción
y alegría compartida.
Feliz Aniversario mi querido amigo a través de la música ►♪♫. Es en verdad un placer haber compartido contigo los primeros pasos en la difusion de nuestra bienamada herencia celta... Paz, Espíritu, y Mucha Luz ☼ !
ResponderEliminarCeltic Sprite